domingo, 29 de agosto de 2010

MEDIA COBIJA

Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa, durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia.
Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna. A los 70 años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidió por primera vez en su vida pedir un favor a su hijo. Don Roque toco la puerta de la casa donde vivía su hijo con su familia.
Hola Papa¡ ¿Qué milagro que vienes por aquí?
Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo.
Pues a nosotros nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes esta es tu casa
Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.
Entonces ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes? ¡me siento tan solo¡.
¿Quedarte a vivir aquí?, si......claro......pero no se si estarías a gusto, tu sabes, la casa es chica, mi esposa es muy especial...... y los niños......
Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mi, alguien me tendera la mano.
No Padre no es eso, solo que......no se me ocurre donde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían......o solo que no te moleste dormir en el patio?
Dormir en el patio esta bien.
El hijo de Don Roque llamo a su hijo Luis de 12 años.
Dime Papá.
Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se tape en la noche.
Si con gusto......¿y donde va a dormir?.
En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa. Luis subió por la cobija, tomo unas tijeras y la corto en dos. En ese momento llego su Padre.
¿Qué haces Luis? ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?
Sabes Papá, estaba pensando......
En guardar la mitad de la cobija para cuando tu seas viejo y vayas a vivir a mi casa.

UN PADRE MANTIENE A DIEZ HIJOS, PERO DIEZ HIJOS NO MANTIENEN A UN PADRE.

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