domingo, 29 de agosto de 2010

LA CARRETA VACIA

Caminaba con mi Padre, cuando de repente él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio, me pregunto:
Además del cantar de los pájaros, ¿Escuchas alguna cosa más?. Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta.
Eso es hijo - dijo mi Padre - es una carreta vacía.
Pregunté a mi Padre:
¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi Padre respondió:
Es muy fácil saber cuando una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado e interrumpiendo la conversación de todos, intentando imponer sus pensamientos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi Padre diciendo “Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Existen personas tan pobres de espíritu, que lo único que tienen es dinero. Y nadie está más vacío que aquel que está lleno de egoísmo.

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